Reforma
Agraria y Pueblo Mapuche.
Desde 2015 se celebra
en Chile el Día de la Campesina y del Campesino el día 28 de julio, en
conmemoración a leyes de Reforma Agraria de fines de la década de 1960.
Estamos aquí para
analizar en perspectiva qué es lo que entendemos hoy por Reforma Agraria.
En este ejercicio, el
único referente directo que tenemos es el proceso llevado a cabo a fines de la
década de 1960 y que culminó dramáticamente en 1973, por un golpe de estado
cívico militar que se ensañó con aquellos y aquellas que se atrevieron a soñar en
una vida digna y se comprometieron en la construcción de una sociedad menos
desigual, asumiendo cargos de dirección de organizaciones campesinas en
territorio ancestral mapuche.
Es importante tener
presente que los procesos sociales y políticos no ocurren en forma aislada ni
por generación espontánea; la década de 1960 se inscribe en la guerra fría, en
que geopolíticamente se disputa cada espacio territorial; Estado Unidos siente
la “amenaza” de la Revolución Cubana y presiona a través de la Alianza para el
Progreso para que los gobiernos de la región adopten políticas sociales que
impidan un eventual levantamiento de los oprimidos/as siguiendo el ejemplo del
pueblo cubano, que derrocó una dictadura pro yanky e implementó un sistema
socialista en la isla grande y digna que resiste hasta el día de hoy y cuyo
ejemplo sigue siendo inspiración para los Pueblos oprimidos de todo el mundo
(recalco el concepto Pueblos, no gobiernos).
En 1960 ocurre el gran
terremoto en Chile y el Presidente Jorge Alesandri recibe esta presión de los
Estados Unidos a cambio de ayuda para la reconstrucción del país. Se dicta bajo
su gobierno la primera Ley de Reforma Agraria (Ley 15.020) que crea la
Corporación de Reforma Agraria (CORA). En Ese momento, a nivel nacional,
alrededor de un 80% de la superficie agrícola de Chile se distribuía en unas
diez mil grandes explotaciones; alrededor del 80% de la totalidad de predios
eran propiedad de pequeños propietarios que ocupaban sólo el 8,4% de la
superficie agrícola. A esta reforma se le llamó Reforma Macetero, por la escasa
superficie que fue expropiada, con un procedimiento lento y engorroso y la falta
de voluntad política para agilizar el proceso.
Eduardo Frei Montalba
sucede en el gobierno a Jorge Alesandri, y bajo su gobierno se dicta, el 28 de
julio de 1967, una nueva Ley de Reforma Agraria que sí busca modificar la
estructura agraria del país, incorporando la cabida de los predios como causal
para proceder a su expropiación (80 hás de riego básico), predios abandonados
y/o mal explotados.
Paralelamente al
proceso de implementación de la Reforma Agraria, en 1962 se realiza en Temuco
el Primer Congreso Provincial de Campesinos e Indígenas de Cautín que marca un
camino sin retorno en el proceso de reivindicación territorial:
- Restitución
de tierras usurpadas por los dueños de fundos.
- Que
se considere a los indígenas en la Reforma Agraria
- Que
los títulos de dominio se concedan de acuerdo a los antiguos deslindes; impedir
la subdivisión de las comunidades, el arrendamiento de las tierras de las
comunidades, como única manera de impedir que estas tierras pasen a manos de
los terratenientes”
Durante el gobierno de
Frei Montalva, se expropiaron un total de 25 predios a favor de mapuche, con
una superficie total de 20.595,80 hás, correspondientes a terrenos transferidos
por Corfo a Cora, ofrecimientos voluntarios de los propietarios, o predios que
superaban las 80 hás de riego básico, mal explotados o abandonados.
En 1970 asume Salvador
Allende, quien en su programa de gobierno plantea la profundización del proceso
de Reforma Agraria, la promoción del desarrollo económico y social del pueblo
mapuche, además de reconocer la legitimidad de sus demandas, bajo el título
“Profundización y extensión de la Reforma Agraria”, con lo cual se ponía a
disposición de la demanda mapuche los mecanismos expropiatorios contenidos en
la Ley 16.440 de Reforma Agraria:
“Defensa de la
integridad y ampliación y asegurar la dirección democrática de las comunidades
indígenas, amenazadas por la usurpación, y que al pueblo mapuche y demás
indígenas se les asegure tierras suficientes y asistencia técnica y crediticia
apropiadas” (programa de gobierno de la Unidad popular, página 23)
En enero de 1971 se
instalan en Temuco funcionarios de todos los ministerios y reparticiones
públicas, recordado como el Cautinazo, para llevar a cabo el Plan de Emergencia
que contemplaba el mejoramiento de caminos, construcción de bodegas para
cereales, aserraderos, plan de forestación de 4.800 hás en convenio entre la
Corporación de Reforestación y Cora.
Entre enero y febrero
de 1971 (tiempo en que sesionó Cora en Temuco) se expropiaron 14 predios
sumando 13.416,2 hectáreas.
En forma paralela se
crea la Comisión de Restitución de Tierras Usurpadas, la que a febrero de 1972
había restituido 68.341 hás que habían sido sustraídas a los Títulos de Merced
e integradas fraudulentamente a los fundos vecinos.
Al mismo tiempo, se
crea en Temuco el Instituto de Capacitación Mapuche, inaugurado por el
presidente Allende el 28 de marzo de 1971, con el objetivo de:
“Proporcionar
capacitación técnica y promoción profesional, con el objeto de preparar mano de
obra calificada en cualquiera de los sectores de la producción y organizar su
comercialización. En general, servir como un instrumento en la capacitación de
todas las materias que sea necesario impartir” (Diario el mercurio, 28 de marzo
de 1971)
A este proceso se
suman organizaciones territoriales realizando ocupación de superficies
usurpada; simbólico es el caso de Lobería en Carahue que bajo el movimiento
Netuaiñ Mapu, el Comité Mapuche de Pilolcura, dirigido por Juan Segundo
Quirinao Antiman se enfrentan a Domingo Duran.
Organizaciones como el
Movimiento Campesino Revolucionario exige profundizar el proceso, sin
considerar cabida, indemnización ni reservas para los propietarios,
incorporando en el acto expropiatorio las maquinarias y las instalaciones para
asegurar la continuidad de la producción.
En este contexto de
gran despliegue reivindicatorio el Gobierno desarrollo dos líneas de acción:
Por un lado, responder
a la demanda mapuche a través de la legalidad vigente, y por otro, crear las
condiciones políticas para avanzar en el proceso de expropiación poniendo en
producción los predios expropiados, todo ello enmarcado en una política de
diálogo con las comunidades, denegando el auxilio de la fuerza pública para el
desalojo de los ocupantes bajo el entendido que ello agudizaría en conflicto.
En noviembre de 1971
se forma el Comité de Retoma, formado por dueños de predios que comenzaron una
campaña del terror, creando las condiciones para el enfrentamiento y con ello
superar la política dialogante del gobierno popular. Fue la respuesta patronal
a un proceso que avanzaba haciendo justicia con nuestro pueblo. A fines de este
año, realizan el ataque que da muerte a los hermanos Cheuquelen (Ramón y
Francisco) en sector Huilío de Nueva Imperial.
Con todo, durante el
año 1971 se expropiaron 46 predios, con un total de 70.103,68 hás restituidas a
comunidades Mapuche de Malleco y Cautin.
El año 1972 se dicta
la Ley Indígena 17.729, a través de la cual se buscaba se buscaba terminar con
las divisiones de las tierras mapuche y se establecía, por ley, la posibilidad
de restituir tierras, para lo cual se establecería el mecanismo de expropiación
contemplado en la Ley de Reforma Agraria, “por utilidad pública e interés
social la restitución de tierras indígenas y autorizaba a la Cora para que, a
petición y en representación del Instituto de desarrollo indígena, expropiare
todo o parte de los predios rústicos reivindicados por comunidades mapuche”,
estableciendo además la preferencia de los indígenas para ser beneficiarios de
los predios expropiados conforme a la
Ley de Reforma Agraria, facultando a la Cora para transferir gratuitamente al
instituto de dsarrollo indígena todo o parte de los predios expropiados, con e
objeto que fueran asignados a los indígenas en conformidad con el título IV de
la Ley de Reforma Agraria.
Se dispuso un
mecanismo de protección de las tierras indígenas destinado a mantener la
integridad de las mismas y evitar su enajenación, ordenando la prohibición de
enajenar y dar en arrendamiento, salvo entre indígenas; declaró la
indivisibilidad de la comunidad, prohibió la liquidación de las tierras
comunitarias y determinó su inembargabilidad.
Pese a las acciones
criminales de los comités de retoma, durante 1972 se expropiaron en favor de
comunidades mapuche de malleco y cautin un total de 81 predios por una cabida
de 51.687, 7 hás
Al año 1973 el proceso
de reforma agraria había cumplido su objetivo en cuanto a la reestructuración
del agro a través de la expropiación de los grandes latifundios, que
sobrepasaban las 80 hás de riego básico, pero aún así quedaban numerosas
situaciones pendientes.
El gobierno decide
aplicar otra causal de expropiación: la mala explotación y/o abandono de los
predios, también contenida en la Ley de Reforma Agraria “la decisión del
gobierno es hacer la Reforma Agraria dentro de la ley, pero aplicando hasta el
último artículo de la ley” Jacques Chonchol (diario austral, 13 de enero de
1971)
En este contexto, la
Cora expropió 10 predios durante ese año, por un total de 7.629,5 hás para
restituir a comunidades mapuche, siendo el último predio expropiado el Fundo
Santa Rosa de Colpi, de 1.575 hás, propiedad de la sucesión Cardenio Lavin, el
13 de agosto de 1973, en favor de la comunidad Antonio Ñirripil, de Temulemu,
con lo cual se lograba reconstituir la antigua jurisdicción mapuche sobre ese
territorio expoliado por el Estado con posterioridad a la ocupación Militar de
la Araucanía.
Paralelamente el
terror que vendría después del 11 comenzaba a mostrarse; el 29 de agosto de
1973 en el asentamiento Loberías es torturado el dirigente mapuche Segundo
Quian.
El informe de la
Comisión Verdad y Reconciliación, señala la existencia de 136 muertos o
desaparecidos durante la dictadura cívico militar
Hoy, insertos en un
modelo neoliberal, con instituciones públicas profundamente racistas, con un
gobierno que pregona un estado subsidiario en lugar de derechos sociales y
colectivos, continuamos en la convicción que la reivindicación territorial es
la base de nuestra sobrevivencia como Pueblo; el territorio ancestral es el
núcleo de nuestra cultura. Más de cien años de colonización hacen compleja una
solución; ello hace más urgente el diálogo para llegar a acuerdos.
La contrareforma
agraria o la reforma agraria neoliberal plagó de monocultivos vegetales el
territorio ancestral (Biobío, la araucanía, los ríos, los lagos); mercantilizó
el agua y los derechos sociales.
Como organización nos
unimos a la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo y La Vía
Campesina, para articular nuestro esfuerzo local de resistencia con las luchas
regionales en la Campaña Global por la Reforma Agraria, tomando como base tres
fechas fundamentales:
· 10 de
Diciembre como DIA MUNDIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
· 12 de
Octubre DIA CONTINENTAL DE LOS EXCLUIDOS
· 17 de
Abril DIA MUNDIAL DE LUCHA CAMPESINA POR LA TIERRA Y CONTRA LA REPRESIÓN.
Luchar contra la
reconcentración de tierras
Luchar contra la política
del Banco Mundial
Luchar por la
desaparición de las milicias privadas, grupos paramilitares y cuerpos
policiacos por una campaña mundial de recuperación de tierras contra la
violencia en el campo y la represión.
Luchar por la libertad
inmediata de los presos políticos que luchan por la tierra.
Impulsar la red de
información y comunicación como actividad trascendental en el desarrollo y
fortalecimiento de nuestras luchas.
El acceso a la tierra
es un derecho básico y fundamental para la concreción de varios otros derechos
humanos, siendo su democratización un factor fundamental para avanzar hacia la
distribución equitativa de la riqueza en nuestro país. Pero las organizaciones
que impulsan la Campaña por la Reforma Agraria entienden que hoy día no se trata
solo de entregar tierras al campesinado o comunidades indígenas, sino que esto
implica necesariamente la promoción de la agroecología para garantizar el buen
vivir comunitario, una contribución importante en términos de lucha contra el
cambio climático, el latifundio y, sobre todo, el combate a un modelo
hegemónico de producción excluyente y extractivista.
A nivel local volver a
reconocer los orígenes del Estado de Chile para construir una sociedad menos
arrogante.
En la Araucana se nos
describe como una sociedad de abundancia, en que probablemente la miseria no
existía.
“Chile, fértil
provincia y señalada
en la región Antártica
famosa,
de remotas naciones
respetada
por fuerte, principal
y poderosa;
la gente que produce
es tan granada,
tan soberbia, gallarda
y belicosa,
que no ha sido por rey
jamás regida
ni a extranjero
dominio sometida”
Mari ciwew
Internacionalicemos la Lucha
Internacionalicemos la Esperanza.