jueves, 9 de agosto de 2018

Reforma Agraria y Tierras Mapuche


Reforma Agraria y Pueblo Mapuche.

Desde 2015 se celebra en Chile el Día de la Campesina y del Campesino el día 28 de julio, en conmemoración a leyes de Reforma Agraria de fines de la década de 1960.
Estamos aquí para analizar en perspectiva qué es lo que entendemos hoy por Reforma Agraria.
En este ejercicio, el único referente directo que tenemos es el proceso llevado a cabo a fines de la década de 1960 y que culminó dramáticamente en 1973, por un golpe de estado cívico militar que se ensañó con aquellos y aquellas que se atrevieron a soñar en una vida digna y se comprometieron en la construcción de una sociedad menos desigual, asumiendo cargos de dirección de organizaciones campesinas en territorio ancestral mapuche.

Es importante tener presente que los procesos sociales y políticos no ocurren en forma aislada ni por generación espontánea; la década de 1960 se inscribe en la guerra fría, en que geopolíticamente se disputa cada espacio territorial; Estado Unidos siente la “amenaza” de la Revolución Cubana y presiona a través de la Alianza para el Progreso para que los gobiernos de la región adopten políticas sociales que impidan un eventual levantamiento de los oprimidos/as siguiendo el ejemplo del pueblo cubano, que derrocó una dictadura pro yanky e implementó un sistema socialista en la isla grande y digna que resiste hasta el día de hoy y cuyo ejemplo sigue siendo inspiración para los Pueblos oprimidos de todo el mundo (recalco el concepto Pueblos, no gobiernos).
En 1960 ocurre el gran terremoto en Chile y el Presidente Jorge Alesandri recibe esta presión de los Estados Unidos a cambio de ayuda para la reconstrucción del país. Se dicta bajo su gobierno la primera Ley de Reforma Agraria (Ley 15.020) que crea la Corporación de Reforma Agraria (CORA). En Ese momento, a nivel nacional, alrededor de un 80% de la superficie agrícola de Chile se distribuía en unas diez mil grandes explotaciones; alrededor del 80% de la totalidad de predios eran propiedad de pequeños propietarios que ocupaban sólo el 8,4% de la superficie agrícola. A esta reforma se le llamó Reforma Macetero, por la escasa superficie que fue expropiada, con un procedimiento lento y engorroso y la falta de voluntad política para agilizar el proceso.
Eduardo Frei Montalba sucede en el gobierno a Jorge Alesandri, y bajo su gobierno se dicta, el 28 de julio de 1967, una nueva Ley de Reforma Agraria que sí busca modificar la estructura agraria del país, incorporando la cabida de los predios como causal para proceder a su expropiación (80 hás de riego básico), predios abandonados y/o mal explotados.

Paralelamente al proceso de implementación de la Reforma Agraria, en 1962 se realiza en Temuco el Primer Congreso Provincial de Campesinos e Indígenas de Cautín que marca un camino sin retorno en el proceso de reivindicación territorial:
-      Restitución de tierras usurpadas por los dueños de fundos.
-      Que se considere a los indígenas en la Reforma Agraria
-      Que los títulos de dominio se concedan de acuerdo a los antiguos deslindes; impedir la subdivisión de las comunidades, el arrendamiento de las tierras de las comunidades, como única manera de impedir que estas tierras pasen a manos de los terratenientes”

Durante el gobierno de Frei Montalva, se expropiaron un total de 25 predios a favor de mapuche, con una superficie total de 20.595,80 hás, correspondientes a terrenos transferidos por Corfo a Cora, ofrecimientos voluntarios de los propietarios, o predios que superaban las 80 hás de riego básico, mal explotados o abandonados.

En 1970 asume Salvador Allende, quien en su programa de gobierno plantea la profundización del proceso de Reforma Agraria, la promoción del desarrollo económico y social del pueblo mapuche, además de reconocer la legitimidad de sus demandas, bajo el título “Profundización y extensión de la Reforma Agraria”, con lo cual se ponía a disposición de la demanda mapuche los mecanismos expropiatorios contenidos en la Ley 16.440 de Reforma Agraria:
“Defensa de la integridad y ampliación y asegurar la dirección democrática de las comunidades indígenas, amenazadas por la usurpación, y que al pueblo mapuche y demás indígenas se les asegure tierras suficientes y asistencia técnica y crediticia apropiadas” (programa de gobierno de la Unidad popular, página 23)
En enero de 1971 se instalan en Temuco funcionarios de todos los ministerios y reparticiones públicas, recordado como el Cautinazo, para llevar a cabo el Plan de Emergencia que contemplaba el mejoramiento de caminos, construcción de bodegas para cereales, aserraderos, plan de forestación de 4.800 hás en convenio entre la Corporación de Reforestación y Cora.
Entre enero y febrero de 1971 (tiempo en que sesionó Cora en Temuco) se expropiaron 14 predios sumando 13.416,2 hectáreas.
En forma paralela se crea la Comisión de Restitución de Tierras Usurpadas, la que a febrero de 1972 había restituido 68.341 hás que habían sido sustraídas a los Títulos de Merced e integradas fraudulentamente a los fundos vecinos.
Al mismo tiempo, se crea en Temuco el Instituto de Capacitación Mapuche, inaugurado por el presidente Allende el 28 de marzo de 1971, con el objetivo de:
“Proporcionar capacitación técnica y promoción profesional, con el objeto de preparar mano de obra calificada en cualquiera de los sectores de la producción y organizar su comercialización. En general, servir como un instrumento en la capacitación de todas las materias que sea necesario impartir” (Diario el mercurio, 28 de marzo de 1971)

A este proceso se suman organizaciones territoriales realizando ocupación de superficies usurpada; simbólico es el caso de Lobería en Carahue que bajo el movimiento Netuaiñ Mapu, el Comité Mapuche de Pilolcura, dirigido por Juan Segundo Quirinao Antiman se enfrentan a Domingo Duran.
Organizaciones como el Movimiento Campesino Revolucionario exige profundizar el proceso, sin considerar cabida, indemnización ni reservas para los propietarios, incorporando en el acto expropiatorio las maquinarias y las instalaciones para asegurar la continuidad de la producción.
En este contexto de gran despliegue reivindicatorio el Gobierno desarrollo dos líneas de acción:
Por un lado, responder a la demanda mapuche a través de la legalidad vigente, y por otro, crear las condiciones políticas para avanzar en el proceso de expropiación poniendo en producción los predios expropiados, todo ello enmarcado en una política de diálogo con las comunidades, denegando el auxilio de la fuerza pública para el desalojo de los ocupantes bajo el entendido que ello agudizaría en conflicto.
En noviembre de 1971 se forma el Comité de Retoma, formado por dueños de predios que comenzaron una campaña del terror, creando las condiciones para el enfrentamiento y con ello superar la política dialogante del gobierno popular. Fue la respuesta patronal a un proceso que avanzaba haciendo justicia con nuestro pueblo. A fines de este año, realizan el ataque que da muerte a los hermanos Cheuquelen (Ramón y Francisco) en sector Huilío de Nueva Imperial.
Con todo, durante el año 1971 se expropiaron 46 predios, con un total de 70.103,68 hás restituidas a comunidades Mapuche de Malleco y Cautin.
El año 1972 se dicta la Ley Indígena 17.729, a través de la cual se buscaba se buscaba terminar con las divisiones de las tierras mapuche y se establecía, por ley, la posibilidad de restituir tierras, para lo cual se establecería el mecanismo de expropiación contemplado en la Ley de Reforma Agraria, “por utilidad pública e interés social la restitución de tierras indígenas y autorizaba a la Cora para que, a petición y en representación del Instituto de desarrollo indígena, expropiare todo o parte de los predios rústicos reivindicados por comunidades mapuche”, estableciendo además la preferencia de los indígenas para ser beneficiarios de los predios expropiados conforme  a la Ley de Reforma Agraria, facultando a la Cora para transferir gratuitamente al instituto de dsarrollo indígena todo o parte de los predios expropiados, con e objeto que fueran asignados a los indígenas en conformidad con el título IV de la Ley de Reforma Agraria.
Se dispuso un mecanismo de protección de las tierras indígenas destinado a mantener la integridad de las mismas y evitar su enajenación, ordenando la prohibición de enajenar y dar en arrendamiento, salvo entre indígenas; declaró la indivisibilidad de la comunidad, prohibió la liquidación de las tierras comunitarias y determinó su inembargabilidad.
Pese a las acciones criminales de los comités de retoma, durante 1972 se expropiaron en favor de comunidades mapuche de malleco y cautin un total de 81 predios por una cabida de 51.687, 7 hás
Al año 1973 el proceso de reforma agraria había cumplido su objetivo en cuanto a la reestructuración del agro a través de la expropiación de los grandes latifundios, que sobrepasaban las 80 hás de riego básico, pero aún así quedaban numerosas situaciones pendientes.
El gobierno decide aplicar otra causal de expropiación: la mala explotación y/o abandono de los predios, también contenida en la Ley de Reforma Agraria “la decisión del gobierno es hacer la Reforma Agraria dentro de la ley, pero aplicando hasta el último artículo de la ley” Jacques Chonchol (diario austral, 13 de enero de 1971)
En este contexto, la Cora expropió 10 predios durante ese año, por un total de 7.629,5 hás para restituir a comunidades mapuche, siendo el último predio expropiado el Fundo Santa Rosa de Colpi, de 1.575 hás, propiedad de la sucesión Cardenio Lavin, el 13 de agosto de 1973, en favor de la comunidad Antonio Ñirripil, de Temulemu, con lo cual se lograba reconstituir la antigua jurisdicción mapuche sobre ese territorio expoliado por el Estado con posterioridad a la ocupación Militar de la Araucanía.

Paralelamente el terror que vendría después del 11 comenzaba a mostrarse; el 29 de agosto de 1973 en el asentamiento Loberías es torturado el dirigente mapuche Segundo Quian.

El informe de la Comisión Verdad y Reconciliación, señala la existencia de 136 muertos o desaparecidos durante la dictadura cívico militar



Hoy, insertos en un modelo neoliberal, con instituciones públicas profundamente racistas, con un gobierno que pregona un estado subsidiario en lugar de derechos sociales y colectivos, continuamos en la convicción que la reivindicación territorial es la base de nuestra sobrevivencia como Pueblo; el territorio ancestral es el núcleo de nuestra cultura. Más de cien años de colonización hacen compleja una solución; ello hace más urgente el diálogo para llegar a acuerdos.
La contrareforma agraria o la reforma agraria neoliberal plagó de monocultivos vegetales el territorio ancestral (Biobío, la araucanía, los ríos, los lagos); mercantilizó el agua y los derechos sociales.
Como organización nos unimos a la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo y La Vía Campesina, para articular nuestro esfuerzo local de resistencia con las luchas regionales en la Campaña Global por la Reforma Agraria, tomando como base tres fechas fundamentales:
·       10 de Diciembre como DIA MUNDIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
·       12 de Octubre DIA CONTINENTAL DE LOS EXCLUIDOS
·       17 de Abril DIA MUNDIAL DE LUCHA CAMPESINA POR LA TIERRA Y CONTRA LA REPRESIÓN.

Luchar contra la reconcentración de tierras
Luchar contra la política del Banco Mundial
Luchar por la desaparición de las milicias privadas, grupos paramilitares y cuerpos policiacos por una campaña mundial de recuperación de tierras contra la violencia en el campo y la represión.
Luchar por la libertad inmediata de los presos políticos que luchan por la tierra.
Impulsar la red de información y comunicación como actividad trascendental en el desarrollo y fortalecimiento de nuestras luchas.

El acceso a la tierra es un derecho básico y fundamental para la concreción de varios otros derechos humanos, siendo su democratización un factor fundamental para avanzar hacia la distribución equitativa de la riqueza en nuestro país. Pero las organizaciones que impulsan la Campaña por la Reforma Agraria entienden que hoy día no se trata solo de entregar tierras al campesinado o comunidades indígenas, sino que esto implica necesariamente la promoción de la agroecología para garantizar el buen vivir comunitario, una contribución importante en términos de lucha contra el cambio climático, el latifundio y, sobre todo, el combate a un modelo hegemónico de producción excluyente y extractivista.

A nivel local volver a reconocer los orígenes del Estado de Chile para construir una sociedad menos arrogante.
En la Araucana se nos describe como una sociedad de abundancia, en que probablemente la miseria no existía.
“Chile, fértil provincia y señalada
en la región Antártica famosa,
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada,
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jamás regida
ni a extranjero dominio sometida”

Mari ciwew
Internacionalicemos la Lucha
Internacionalicemos la Esperanza.